Dios les bendiga. En esta oportunidad quiero compartirles este poderoso mensaje que Dios me ha revelado y que compartido en varios lugares. Espero que sea de gran bendición para tu vida.
Antes de comenzar quiero que te preguntes: ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué vas a iglesia? ¿Por qué oras?
Te invito a que te respondas esas preguntas porque sea cual sea el motivo por el cual estés leyendo este mensaje sé que no es casualidad. Sé que algo te llamó la atención. Y es que todos estamos buscando algo que no se ve. A eso se le llama.
Hebreos 11:6 dice: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."
Así que, déjame decirte ¡No sabes cuanto estás agradando el corazón de Dios cuando le buscas!
La respuesta es que tenemos fe. Romanos 12:3 nos dice que Dios nos ha dado una medida de fe.
Ahora la pregunta es ¿Será que siempre la utilizamos?
La fe es como una fórmula que el profesor de matemáticas enseña a sus alumnos para utilizarla en determinados problemas. Pero ¿Qué pasa cuando no se pone en práctica?
¡Perdemos el examen!
Así mismo nos pasa cuando no ponemos en práctica la fe que Dios nos dio. Perdemos las pruebas de la vida. Pero cuando la ponemos en práctica ganamos la prueba y podemos pasar a otro nivel.
Es así como el Espíritu Santo me hace ver el siguiente pasaje bíblico. Como un examen.
1. Debemos prepararnos porque un día Dios probará nuestra fe
Lucas 8:22 dice: "Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron."
Miremos que el versículo comienza diciendo "Aconteció un día". Esta frase la encontramos en la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Aconteció un día no es mas que el de repente de Dios. Dios es experto en de repentes.
Recordemos:
Un día no había nada y de repente... Dios habló y con su palabra fueron creadas todas las cosas.
Por muchos años el pueblo de Israel fue esclavo de los egipcios, y de repente... el pueblo clamó a Dios, Él los escuchó, se acordó de su pacto y los libro de la esclavitud.
Aconteció un día que estaban todos unánimes y de repente... "vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo"
Así hay muchos anécdotas en la Biblia de de repentes de Dios que cambiaron el desino de muchas hombres y mujeres. Y sé que cada uno de ustedes tiene un testimonio que contar de como Dios los ha llamado. Pasa algunos incluso esta prédica será el de repente que Dios usará para cambiar su vida de ahora en adelante.
Recibe esta promesa de parte de Dios:
1 Pedro 2:9-10
"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia"
Ahora, así como de repente de la nada Dios cambia nuestra vida. Así mismo las pruebas llegan.
Dios te dice: ¡Prepárate para pasar al otro lado!
Sigamos con Lucas. El versículo 23 dice: "Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban"
2. Los 'Peros' prueban nuestra fe
"Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban" Lucas 8:23
Los 'Peros' son obstáculos. Y los obstáculos son necesarios para aprender, para crecer. Para saber en dónde está nuestra fe.
Piensa. Un Diciembre de 2019 teníamos metas y planes para el 2020, pero... Llegó la pandemia, llegó el Covid, y todos a cuarentena.
Entonces notemos como hay cosas que se nos salen de nuestro control y es allí donde nuestra fe tambalea. Donde lo que creemos se pone a duda por lo que vemos y sentimos.
3. En la prueba Dios hace silencio
"Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban" Lucas 8:23
Jesús no se había ido, él dormía. En la prueba solemos pensar que Dios nos ha dejado, que no nos escucha. Pero no es así, él está en silencio y muy atento a nuestra reacción. Así como el profesor calla mientras sus estudiantes realizan el examen, esperando que apliquen lo aprendido, así mismo Dios está esperando que pongamos en práctica la fe que Él nos dio.
4. ¿Qué te trae a Dios, la fe o el miedo?
"Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza" Lucas 8:24
Los discípulos tenían mucho miedo. Creían que iban a morir. Por eso buscaron a Jesús. Muchas veces venimos delante de Dios con temor por el problema que estamos pasando y empezamos a pedir. Pero no estamos creyendo totalmente en lo que Él puede hacer.
¿Cómo es tu oración?
5. ¿Dónde está tu fe?
"Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?" Lucas 8:25
Cuando llega la prueba es el momento indicado para poner en acción la fe.
Recordemos que la fe viene por el oír, y el oír por su palabra. Así que pregúntate: ¿Qué me ha dicho Dios?
Jesús les dijo: "Pasemos al otro lado del lago."
¿Será que si Jesús les dijo que iban a pasar al otro lado, la tempestad los iba a detener?
Hechos 27:22-25 nos relata otro acontecimiento que se vivió en medio de la tempestad.
"Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta. Pero no mucho después dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidón. Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar. Y habiendo corrido a sotavento de una pequeña isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife. Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva. Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar, y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave. Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos"
Pero lo que me llama la atención es lo que Pablo dice:
"Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan solo para recibir este perjuicio y pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho"
A pesar de lo que estaban viviendo, Pablo confiaba en lo que Dios le había dicho.
¡No importa la tempestad que se te haya levantado en el camino, si Dios te dijo que ibas a pasar al otro lado, así será!
6. La fe te lleva a reconocer a Dios en medio de la prueba
"Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?" Lucas 8:25
Note algo curioso. Después de que Jesús le habló a la tempestad y que esta se detuvo, los discípulos se preguntaban ¿Quién era Jesús?
Eso me da a entender que los discípulos todavía no conocían a Jesús. Lo habían visto sanar enfermos, resucitar muertos; pero no se habían dado cuenta quién era.
Lo curioso es que cuando llegaron al otro lado dice la escritura que "vino a su encuentro... un endemoniado... Y que este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?" versículos 26 y 28
Fueron los demonios quienes reconocieron que Jesús era el hijo de Dios.
Así que, no te pase lo que les pasó a los discípulos. Reconócele en todo momento porque aún los demonios lo hacen.
En conclusión, somos hombres y mujeres de fe. Es la práctica de la fe que nos lleva a crecer. A vencer todos los obstáculos que se nos presenta. Aunque a vece pensamos que Dios no está con nosotros, es la fe que nos recuerda que Él nunca nos deja, pues no vivimos por lo que vemos. Aunque las pruebas llegan de repente. No nos movemos por ellas sino por lo que hemos escuchado y creído de Dios. Recuerda que al final la gloria es para Dios.
¿Dónde está tu fe? ¿Qué te ha dicho Dios?
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